Redacción y locución en los medios audiovisuales.


Maite Soto 4 de abril de 2006

1. I. Características de la comunicación audiovisual

El sistema de percepción humano es mucho más complejo que la simple captación de estímulos. Estos hay que analizarlos e interpretarlos para después formarnos una idea. Aún así se trata de un proceso que realizamos continuamente.
La comprensión de los textos sonoros tiene tres fases: primero se hace un reconocimiento de las secuencias sonoras (letras, sílabas, palabras etc.). El sonido es lo que realmente nos guía, no la vista. La integración perceptiva (método McGurb) se da cuando varios sonidos se entremezclan y se prestan sus atributos. La captación es progresiva. Es importante vocalizar y articular correctamente para facilitarla.
Después se produce una selección [de esas secuencias sonoras]: es la abstracción de los elementos más importantes y su posterior agrupación. Lo que nos interesa queda retenido, y, por el contrario, aquello que no capta nuestra atención es omitido. Esto pone de manifiesto la necesidad de ser redundantes para no dejar dudas en el receptor sobre las partes importantes del mensaje. Existen dos maneras de hacerlo: o bien enunciar más de una vez lo que se desee resaltar o bien dedicarle más tiempo de exposición.
Por último se lleva a cabo la interpretación, en la que el receptor es el que da un sentido a todos los sentidos percibidos. Por lo general la audiencia tiende a conectar aquellas emisoras cuyos mensajes conllevan implícitamente una interpretación acorde con la propia.

Hay tres factores más que actúan en el proceso comunicativo: durante el mismo el receptor puede anticiparse a lo que va a escuchar. A partir de la escucha del discurso o de su orden, el oyente es capaz de avanzarse a lo que seguirá. Para facilitar la comprensión es muy importante distribuir correctamente las ideas. Cuando no se corresponden con lo que esperábamos, generalmente perdemos el hilo de la conversación.

El proceso de percepción es de atención selectiva, es decir, delante de varios estímulos auditivos somos capaces de elegir a qué prestamos atención, aunque a veces pueda haber interferencias (inferencias). El sonido ambiente, por ejemplo, contribuye a una mejor percepción del lugar de los hechos. Constantemente hay que renovar la tensión de la gente, que tenga ganas de saber lo que se dirá a continuación (cada 5 min. aproximadamente, pero no tiene porque ser así siempre).

El último apartado del proceso es el que hace referencia a la Memoria a Corto Plazo (MCP). Durante la escucha, los elementos más importantes son registrados por el oyente en la MCP con el fin de poder llevar a cabo la descodificación. Con el fin de aligerar la cantidad información que el oyente debe precisar hay que realizar textos redundantes.

Los mensajes auditivos son:
1.      unidireccionales: la audiencia no puede interferir en el desarrollo del discurso. Esto impide que el locutor pueda cambiar su relato o actitud en función de los estímulos que el receptor podría mandar (aprobación o rechazo, gestos etc.)
2.      no retornables: es imposible volver a escuchar el mensaje (a no ser que se disponga de un aparato reproductor), no permanecen en el tiempo.
3.      secuenciales: es un proceso continuado; aparecen uno detrás de otro
4.      fugaces: continuamente captamos estímulos que no tienen porque estar relacionados con los anteriores y que por tanto desvían nuestra atención.

El medio influye, pues, en las técnicas narrativas a utilizar. Los medios de comunicación audiovisual tienen una capacidad de sugestión mucho mayor. Es imprescindible dominar la gramática (la ortografía, morfología, sintaxis y el léxico) del idioma utilizado. Se necesita también capacidad de síntesis y de organización.

·        necesidad de claridad, tanto en la locución como en la redacción. Debe ser asequible para todos.
·        redundancia, hay que reiterar e insistir en las ideas básicas del tema.
·        adaptar formalmente el texto para una transmisión oral (doble espacio, letra redonda, separación de sílabas en palabras difíciles, no cortar palabras o párrafos a final de línea o página). Se utilizan muchas hojas para distribuir el texto de forma espaciada. Letra grande. A cada idea le deba seguir una reiteración.

La combinación del código oral y del escrito ha de dar siempre como resultado textos comprensibles, naturales y atractivos. Se trata de parecer espontáneos (es un error pensar que la espontaneidad real es la mejor manera de conseguir esa naturalidad ansiada; pueden producirse fallos de organización, dicción etc.). No obstante también es importante tener capacidad de improvisación para salir de un aprieto.

2. II. Proceso de composición de un texto

CONDICIONAMIENTO PREVIO:
         1.1.MEDIOS DE SOPORTE: (proceso de descodificación de mensajes sonoros). Los mensajes audiovisuales son principalmente sonoros. El oído se encarga de descomponerlos.
Primero se procede al reconocimiento de cualquier sonido que llega al oído. Para que esto pueda hacerse correctamente el locutor debe vocalizar y cuidar su dicción. El mensaje tiene que ser claro y sencillo y haberse preparado antes.
Después se realiza un selección, donde nos quedamos con las partes más importantes del mensaje. Para ello el emisor cuenta con una serie de mecanismos:

·        Repetir la idea o emplear más tiempo en enunciarla.
·        Tener en cuenta las experiencias precedentes del interlocutor es muy útil para facilitar la interpretación del mensaje (en el caso del propio oyente, estas experiencias también le condicionan la selección).
·        Anticipar o formular avances acerca de lo que vendrá a continuación para intentar captar la atención del público.
·        Gracias a los elementos ambientales externos al mensaje podemos formarnos una idea del contexto donde se produce (expresividad).
·        La capacidad retención (memoria a corto plazo) de ideas y sonidos es limitada. Por eso, si el locutor hace frases cortas y simples se aprovecha mucho mejor, pues al necesitar menos tiempo de atención el receptor analiza con mayor facilidad la información.

         1.2.EXTENSIÓN TEMPORAL: el tiempo disponible marca siempre la extensión del texto (es prensa será la extensión espacial) y siempre su determinación es anterior a la redacción.
En el plano informativo se tiende a aportar en poco tiempo una gran cantidad de contenidos. Ello obliga al redactor a hacer una cuidada selección de ideas y datos a desarrollar.
Hay matices, recursos expresivos e interpretativos que condicionan la duración del texto. Además se debe tener en cuenta que existen diferencias entre la lectura silente (interior) y la hablada, pues en ésta última empleamos más tiempo.
Nunca, por cuestiones de tiempo, debe acelerarse el ritmo de lectura del discurso, puesto que se podría dificultar su compresión (el oyente nota claramente los cambios de velocidad). Para que esto no pase se puede interpretar el texto en voz alta y cronometrarlo.
En general 1 minuto equivale a 20 líneas de texto.

         1.3.OBJETIVOS: qué se quiere decir y a quién.
-        Funciones (no excluyentes entre sí): informar, formar, entretener, persuadir, generar polémica etc.
-        Hay que determinar el público al que se dirigirá principalmente, sin excluir al resto:
a)      General: toda la gente con acceso a nuestra cadena según la cobertura de emisión disponible (audiencia potencial).
b)      Específico: porción concreta de esa audiencia total con unas características sociodemográficas determinadas.
c)      Abonado: mediante suscripción se accede a una programación específica. Este hecho facilita enormemente la redacción de los mensajes.
-        También hay que tener en cuenta que nosotros somos un público especializado y por lo tanto debemos ser capaces de crear discursos accesibles para todo el mundo.
-        Saber a quién nos dirigimos facilita la persuasión de público, ya que conocemos de antemano las características y necesidades de éste.
-        El vocabulario, el estilo y la estructura del texto, tienen que adaptarse a la audiencia destinataria del mensaje.
-        El éxito del programa o discurso dependerá de si somos capaces de adaptarlo a los objetivos preestablecidos.
-        Buscar el contacto con la audiencia es una opción para mejorar su atención:
a)      Reafirmar relaciones de igualdad y proximidad (uso general de la 2da persona del plural y del pronombre usted cuando proceda).
b)      Agradecer la atención para fidelizar y persuadir a los oyentes.
c)      Apelar a la memoria.
d)      Afirmar su conocimiento sobre el tema (expresiones tipo “todos sabíamos”, “todos lo esperábamos”). 
e)      Provocar su participación.

3. III. Organización de los contenidos: macroestructuras y microestructuras.

MACROESTRUCTURAS: es la conexión y coherencia semántica global de un texto. Se puede entender como todos los elementos que lo enlazan y permiten concebirlo como un conjunto.
Para que se produzca esto deben aparecer las ideas principales en un contexto y en un orden lógico. La macroestructura permite resumir la narración. Conviene hablar de selección y organización. La coherencia es la propiedad del texto que selecciona la información (relevante / irrelevante) y que organiza ésta en una determinada estructura comunicativa (introducción, apartados, conclusiones etc.).
El mensaje audiovisual no es espontáneo y la improvisación suele utilizarse más bien poco. Detrás de cada texto hay un trabajo de selección de ideas y de creación.
El proceso de creación de un texto audiovisual es muy complejo. Se compone de diversos subprocesos de carácter intelectual que buscan una aparente espontaneidad.
Primero se esquematiza la información disponible y se establece un posible orden de la ideas para ser transmitidas de forma clara.
Para realizar dicho esquema hay que seleccionar las ideas a partir de ciertos criterios (objetivo del texto, importancia, actualidad, proximidad...). En el mundo audiovisual la inmediatez es básica, hecho que dificulta una correcta interpretación de la información. El texto debe contener únicamente aquellas ideas imprescindibles para que su comprensión sea la adecuada (tiempo justo) y que se ajusten al contexto comunicativo. Debe también repetirse con la frecuencia necesaria para que el lector pueda retener la información. Es importante dosificar la información para no colapsar al receptor.

La organización de las ideas se hace mediante varios criterios:
a)Cronológico: orden temporal lineal
b)      Importancia informativa: relevancia, adecuación al objetivo...
c)Coherencia de la argumentación: contextualización con hechos pasados.
d)      Eficacia persuasiva: componente emocional (publicidad).

Hay dos tipos de organización: orden progresivo (consiste en ordenar las ideas de manera que el oyente en ningún momento se pueda plantear dudas o interrogantes. La información aparece de tal forma que el receptor sabe donde colocar los mensajes nuevos para que adquieran significado, pues dispone de todas las herramientas de descodificación) y orden envolvente (requiere una mayor atención tanto del emisor como del receptor. Consiste en ir ofreciendo la información sin necesidad de haber dado a conocer de manera previa todo lo necesario para entenderla, pero de forma que pueda ser asimilada).
Redacción. Se escriben las diferentes ideas en forma de frase y en el orden que previamente hayamos establecido. En este momento aún es posible rectificar errores.
Puede ser de tres tipos:

-        Explícita. Aparecen las ideas de manera explícita y directa, huyendo de la ambigüedad.
-        Redundante. Se repiten una serie de ideas más importantes que el resto. No suele hacerse referencia  a algo dicho con anterioridad sin mencionarlo de forma explícita. La redundancia tiene una triple función: facilita el proceso de comprensión, al favorecer la retención en la MCP; propicia una mayor atención por parte del oyente, al reducir el esfuerzo que ha de realizar en la escucha, y hace de guía en el proceso de interpretación, al destacar los más relevante.
-        Implícita. Las ideas no aparecen explícitamente, pero se infieren de él o quedan sobrentendidas.

Para mejorar la fluidez del texto y dosificar la información que se quiere dar se mezclan ideas principales con otras más secundarias, y al mismo tiempo se combinan también alguna frase larga con otras más cortas.
Modelos narrativos.

-        Textos INFORMATIVOS. Su objetivo es dar a conocer unos hechos reales e implican una muy cuidada organización de los contenidos. La exposición de las ideas principales debe hacerse de forma clara. Son siempre preferibles las ideas explícitas y redundantes. Es aconsejable presentar con exactitud los hechos y hacer un correcto uso de las fuentes de información.
A la hora de elaborar un relato informativo nos encontramos con cinco bloques temáticos: hecho, contexto, antecedente/s, consecuencia/s y predicción/es.
El hecho es la parte esencial del escrito. Suele aparecer, dada su importancia, en la entrada del texto. Es importante dosificar el suministro de información.
El contexto trata de todo lo que sucede de forma simultánea al hecho principal y que influye directamente en él. Los antecedentes son los acontecimientos relacionados acaecidos con anterioridad.
Las consecuencias son todo aquello que tiene su origen o causa en el tema principal y las predicciones aparecen cuando, sin haber consecuencias, éstas son previsibles a corto, medio o largo plazo.
*dramatización. En los últimos años se ha extendido la novelización de la realidad, transformando sus protagonistas en personajes literarios.  Está formado por tres partes: planteamiento (en sustitución de la entrada), nudo (el cuerpo) y desenlace (el cierre).

-        Textos ARGUMENTATIVOS. Tienen como objetivo opinar o persuadir. Se suele sobrevalorar los hechos probables a los sucedidos.
Se organiza se la siguiente forma: tesis (exposición de la opinión a defender), antítesis (de la opuesta) y síntesis (desarrollo de consecuencias posibles de una y otra).

-        Textos DRAMÁTICOS. Su macroestructura clásica es la de planteamiento, nudo y desenlace. En el planteamiento se presentan los personajes y se definen los escenarios de acción y los objetivos que se persiguen. A continuación, el nudo introduce los problemas que dificultan la consecución de los mencionados objetivos. Finalmente, el desenlace presenta cómo los personajes han resuelto (o no) sus problemas.

Con respecto al tiempo hay que distinguir entre el de narración (tiempo ficticio de duración de la historia) y el de emisión (tiempo real; duración del programa). La historia puede desarrollarse de forma lineal, o mediante flash-backs (saltos hacia acciones pasadas) y los flash-forwards (saltos hacia acciones futuras).

-        Textos PUBLICITARIOS. Su objetivo es dar a conocer un producto, servicio, o idea. La finalidad es informa, convencer o persuadir.
La creatividad, el humor, la ironía, la parodias y las metáforas tienen cabida en este tipo de textos. Existe una necesidad de mantener el interés del oyente de principio a fin, y por ello intentan implicarle (en cierta manera)con el texto. Los contenidos se estructuran a nivel denotativo (oferta, descripción y argumentación) y connotativo (recursos psicológicos, poéticos y estéticos).

nivel denotativo: se debe tener en cuenta:
-         oferta: presentar el producto de que hablaremos.
-         descripción: ideas que describen las características del producto y su utilidad.
-         argumentación: aportar razones que sean capaces de convencer al espectador de la compra del producto. Se trata de desencadenar un efecto persuasivo (pruebas, beneficios accesorios...)

nivel connotativo: uso de recursos estéticos, ecológicos y poéticos para hacer que lo anterior cobre forma.
-         recursos ecológicos: hacen referencia al sexo, nivel social, procedencia etc. del individuo.
-         recursos estéticos: placer estético, de la comprensión e identificación con un texto.
-         recursos poéticos: estímulo del espectador.

MICROESTRUCTURAS: hace referencia a la concordancia que ha de haber entre las palabras que componen una misma frase y a la necesaria relación entre las diferentes oraciones que componen un texto (conexión interna y externa de la proposiciones).
El tener que construir textos redundantes genera una continua búsqueda de diferentes palabras que remitan a una misma idea.
En la redacción radiofónica es más eficaz establecer una relación semántica directa entre las distintas oraciones a enlazar que unirlas a través de una cópula o conjunción.
Las relaciones más habituales son:

-        Paralelismo: las dos oraciones contienen la misma información; la segunda redunda sobre la primera.
-        Elaboración: la primera oración expone una acción y la segunda matiza uno o más detalles, además de reiterar en la idea principal.
-        Temporal: las acciones expresadas en dos frases consecutivas pueden interpretarse como seguidas en el tiempo.
-        Causal: la segunda oración es consecuencia de la primera (viene determinado por el orden del discurso).
-        Contraste: la primera apunta un hecho y la segunda el contrario.

LAS ORACIONES: una oración es una construcción de sintagma verbal con su sujeto y sus complementos.
Un grupo fónico, en cambio, es aquella porción del texto que situamos entre dos pausas. Así, una oración puede corresponder a un grupo fónico o no.
Las frases predominantes en los textos radiofónicos son la bimembres, es decir, aquellas que establecen un relación entre sujeto y predicado.
En los textos informativos suelen predominar las oraciones enunciativas (afirmativas o negativas) y, en algunas ocasiones, las interrogativas (muy poco).
Es conveniente ordenar los componentes de la frase de un modo lógico: S + V + C (orden lineal). Los complementos circunstanciales de lugar y tiempo suelen colocarse al inicio de la frase. Es aconsejable no alejar entre sí elementos estrechamente relacionados (es decir, usar lo imprescindible las subordinadas). La construcción lineal asegura una gran claridad.
El orden de los contenidos, por lo tanto, vendrá determinado por la conexión existente entre los diferentes elementos de la frase. Cuanto más relación hay, más cerca han de colocarse.
Es importante no dar por sobrentendido nunca el sujeto. En caso de ser necesario hay que recurrir a sinónimos o combinación de términos que lo sustituyan (no sujeto elíptico ni pronombres).
Las frases cortas favorecen el proceso de descodificación y, al mismo tiempo, benefician la locución (se recomiendan entre 18 y 30 palabras por oración).
También es preferible usar oraciones simples (1 verbo), que compuestas (2 o +). En el caso de tener que usar oraciones compuestas, son preferibles las coordinadas (copulativas) a la subordinadas, ya que permiten conservar la estructura lineal. No obstante, la subordinadas comparativas son muy útiles al establecer semejanzas de cualidad y cantidad, pues facilitan la comprensión del mensaje.
Ocurre lo mismo que la voz pasiva, la cual ha de utilizarse en contadas ocasiones (mejor voz activa).

PALABRAS: en el área de comunicación es necesario hacer una correcta elección del vocabulario, lo que implica un elevado conocimiento de la lengua. Además, el léxico debe adecuarse al contexto comunicativo en que se inscriba. Esto dependerá en gran medida de la audiencia del programa.
Es conveniente emplear aquellas expresiones que resulten más sencillas al oído. Las expresiones generales inducen a una multitud de descodificaciones.
Hay que evitar, en la medida de lo posible, el uso de los neologismos, que pueden influir negativamente en la comprensión del discurso, pero también en su locución (no neologismos). Por extensión, se ha de prestar atención a todas la palabras que puedan entorpecer la dicción.
Las frases negativas son poco aconsejables, pues si el receptor no capta la partícula de negación la frase adquirirá el sentido inverso al real.
Tampoco son aconsejables los sonidos homófonos contiguos (no rimas) ni las sinalefas (fusión de la última vocal de una palabra con la primera vocal de la siguiente).
En las redacciones informativas los tiempos verbales más usados son el presente, el pretérito perfecto (pasado inmediato) y el futuro (futuro inmediato).
Las normas que rigen una lengua han de respetarse en cualquier escrito. No por tratarse de un texto hablado pueden permitirse los errores sintácticos y de improvisación que se dan en la comunicación oral.

SIGNOS DE PUNTUACIÓN: los más utilizados son el punto y la coma.
El oyente no ve los signos de puntuación, ha de percibirlos a través de las pausas que hace el locutor, por lo que éste debe cuidar mucho este aspecto para no inducir a errores de interpretación.
Lo importante es marcar el papel de las pausas que dan sentido al texto y eliminar aquellas que no resultan pertinentes. También se pueden señalizar con otros signos, como la barra inclinada (/).
Los puntos suspensivos pueden emplearse por tener una clara traducción oral, pero no son de uso habitual.
Por otra parte, los dos puntos y el punto y coma son poco recomendables. Los : suelen implicar una excesiva concentración de datos en un corto espacio de tiempo y el ; se usa cuando se elaboran frases muy largas. En ambos casos se tratan de circunstancias no deseables en radio.
Por último, los guiones y paréntesis no pueden justificarse, pues su función es introducir frases aclaratorias con escasa conexión con la anterior o la posterior (además, no se aprecian en la locución). Las comillas se usan para remarcar una palabra importante, pero deben traducirse en una correcta enfatización.

DISPOSICIÓN ESPACIAL DEL TEXTO: el objetivo es hacer una presentación de manera que la lectura resulte cómoda al locutor.
Es básico usar un interlineado doble, que permite una mejor lectura, pero también corregir o cambiar cosas.
Para evitar pausas incorrectas en medio de palabras o frases es importante no cortar vocablos a final de frase ni párrafos a final de página.
La caja baja es preferible a la caja alta, pues esto permite resaltar palabras importantes con las mayúsculas. Tipografía de trazos curvos.

CIFRAS: se aconseja siempre escribir los números en letras, pues el poder visualizar las sílabas favorece su dicción.
Los números hay que redondearlos para evitar entorpecer la locución. Se pueden introducir con expresiones del tipo: “casi”, “más de”, “aproximadamente” etc. Si se tratan temas delicados, como muertos o heridos, las cifras han de ser exactas.

SIGLAS: en general, y con el único in de no entorpecer la lectura y facilitar la comprensión, se aconseja explicar la siglas, exceptuando los casos en que la propias siglas han devenido palabra (ONU, OMS etc.).

ABREVIATURAS: no son nada aconsejables, pues dificultan tanto la locución como la comprensión. Además se presupondría el conocimiento de un código que el receptor no tiene por qué saber.

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